Caminantes...

Desde lo mas profundo de la mente, ellas se escapan porque tienen vida propia, las palabras que caminan son las que se alojan en el tintero de la imaginación esperando impacientes el papel de la realidad.....

jueves, 14 de mayo de 2009

Capitulo 2

nota: sigue sin nombre -.-

Capitulo II
La boda




Estuve mal genio toda la semana, odiaba la idea de que Alex y Arturo vivieran con nosotras. No tenia nada en contra de Arturo, el novio y futuro esposo de mi madre, al contrario, me agradaba esa parte del trato, mi problema era la cláusula adjunta: Alex.
Ese chico con su cabello color chocolate, con sus ojos color miel, su porte de modelo, su sonrisa de blanca dentadura, esa actitud despreocupada y su molesto hábito de quedarse mirándome, que según el se justificaba porque me encontraba “una persona sumamente interesante y graciosa”
Si lo había visto una sola vez y ya no lo soportaba ¿Qué ocurriría si tenía que convivir con él todos los días? Por ahora no tenía que preocuparme, la boda sería hasta dentro de dos meses y hasta entonces no tenia porque toparme con él. Mi mundo había vuelto a su eje y podía respirar tranquila, al menos por ahora.

A Clara se le veía radiante, no recuerdo muy bien la última vez que la había visto así… ¡Un momento! Claro que recordaba, esa sonrisa radiante era la misma con la que salía en aquella foto que tanto me gustaba y que tenía en un bonito marco en mi habitación. En ella salíamos los 3, mamá me sostenía en brazos y papá nos envolvía a las dos en un gran abrazo. Amaba esa fotografía porque fue una de las últimas en la que mi papá salía bien ya que un par de meses después de tomar la foto los médicos le detectaron un tumor maligno en el cerebro. Esa noticia fue el principio del fin, a Clara se le borro esa brillante sonrisa que la caracterizaba, comenzó a estar algo decaída aunque trataba de no parecerlo delante de su esposo. Mi papá siempre supo de esa preocupación que mamá trataba de ocultarle, sin embargo nunca le dijo nada, al contrario, se lo tomaba con calma. A decir verdad, nunca supe y creo que nunca sabré lo que pasaba por su cabeza, pero sí recordare siempre las palabras que me dijo aquel día:

- Luna - me tomo en sus brazos y me sentó en su regazo
- ¿si papi?
- Quiero que me escuches atentamente ¿puedes hacerme ese favor?
- ¡Si!
- Bien… Luna, papá pronto tendrá que irse muy lejos…
- ¿A dónde papá, luna puede ir contigo?
- No cariño, tu tienes que quedarte con mamá…quiero que sepas que esté donde esté siempre estaré cuidando de ti y de mamá… ahora quiero que me prometas que cuidaras de mami porque sabes que es una llorona y yo ya no estaré para consolarla…- recuerdo que en esa ultima palabra se le quebró un poco la voz y que por alguna extraña razón sentí una pena enorme- así que debes tratar de ser fuerte y muy feliz en tu vida de ahora en adelante… ¿me lo prometes?
- ¡Sí, papi!- y nos abrazamos por largo rato… “

Esas fueron las últimas palabras que me dijo, luego de eso tuvo un ataque y fue hospitalizado donde estuvo 2 semanas, las 2 semanas más largas de toda mi vida, creo que por eso ahora no soporto los hospitales.

Mi tía Margaret llamó cuando supo la noticia, ella vive en el extranjero pero no le importo cuanto le saliera la cuenta telefónica ya que estuvo como 2 horas hablando con Clara por teléfono.
La tía Margaret es la hermana mayor de mi madre, una mujer de negocios muy independiente, es alta y su cabello es castaño como el de Clara pero en solo eso se parecen ya que mi Mamá es más tranquila que mi Tía quien constantemente esta viajando por negocios. Lo que sí, es que pareciera que a ambas las rodea una especie de pared o escudo magnético porque a ambas las llegabas a amar con tan sólo conocerla unos minutos.

También era sorprendente que la hija de Tía Margaret fuera Francisca, ellas dos si que eran polos opuestos. Mi amiga y prima era como una muñeca de porcelana, experta en Karate pero una muñeca al fin y al cabo. Solía seguirle las locuras a Elisa pero hasta cierto punto porque Francisca es de las que se avergüenzan fácilmente; le costaba hablar con el resto de las personas en especial con los hombres. Hace algunos años estuvo viviendo con nosotras porque no quería seguir viajando con su madre, ella quería establecerse en un lugar permanente. La Tía Margaret no le puso objeción alguna ya que ella deseaba que su hija fuera feliz. El año pasado la Fran decidió vivir sola para no seguir molestándonos aunque le repetimos hasta el cansancio que no era ninguna molestia para nosotras. A pesar de todos nuestros esfuerzos por tratar de convencerla hoy en día vive en un departamento en el centro cerca de donde estudia. Con las chicas solemos ir a verla y a veces nos quedamos con ella. La tía margaret también suele visitarla cuando puede y la llama a menudo, su relación es muy buena a pesar de estar separadas.

Cuarta Parte( editado algo pequeñisimo)

Capitulo I

"La Cena"

(Cuarta parte y final)



Seguía preguntándome si realmente era el chico de la cafetería, pero Alex no parecía estar conciente de mi molestia hacia él o bien sólo me ignoraba. Mientras él hablaba no podía evitar mirarlo, bien lo admito, sí era muy guapo con porte de modelo, el cabello color chocolate, unos ojos profundos de color miel, una voz y una personalidad atrayentes. Mónica y las demás hubieran estado mirándolo en bobadas con ojos como platos y el sólo imaginar esa graciosa escena me subió el animo. De pronto la música de ambiente cambio para dar paso a un hermoso vals, el favorito de Clara. Arturo se puso de pie y galantemente le tendió la mano a Clara con un romántico “me concede esta pieza bella dama” que dejo a mi madre con el rostro iluminado por una extraña luz y con un “nada me encantaría más, mi galante caballero” en los labios. Escenas de ese tipo que marcaban un 10 mil en la escala del cursi-metro eran habituales con esos dos, era como un juego un tipo de código que solo ellos conocían. Arturo era uno de esos hombres criados a la antigua muy galantes y románticos como pocos quedan y a Clara por su parte, le encantaba seguirle el juego.

Mirarlos bailar era una verdadera delicia, se movían con gracia y elegancia por la pista de baile, complementando perfectamente los movimientos del otro.

- no sabia que Clara bailara tan bien

- así es, mi mamá solía bailar mucho antes de que yo naciera. Míralos se ven tan felices juntos

- si así es.

Me estaba mirando fijamente mientras me decía eso, con la cara apoyada en su mano. En esa pose parecía salido de una fotografía de publicidad. Yo le dedique una mirada de pocos amigos.

- ¿que quieres?

- Siento un poco de hostilidad en tu voz

- ¿solo un poco?

- No se cual sea tu problema pero me gustaría que nos lleváramos bien

- Está bien, pero por favor deja de mirarme así

- Es que no puedo evitarlo, me pareces sumamente interesante y graciosa, como cuando te estabas riendo con tus amigas en la cafetería.

- ¡Lo sabia!¡ eras tú!

El si me había reconocido y además seguía burlándose de mi, estaba tan enojada que casi tomo mi vaso de agua y se lo tiro por la cabeza, a ver si así se le borraba esa sonrisa de la cara, pero usé todas mi fuerza de voluntad para controlarme, no deseaba arruinar la noche especial de Arturo y Clara que de seguro deseaban que Alex y yo nos lleváramos bien.

Cuando regresaron de su muestra de habilidades en la danza, Clara y Arturo nos encontraron sumidos en el silencio, él con su sonrisa de “me encanta reírme de ti” y yo haciendo lo posible por ignorarlo. Las caras de nuestros padres demostraban que no comprendían el incomodo ambiente que había entre nosotros, no quise explicarles nada porque estaba muy mosqueada y abrir la boca en esos instantes seria solo para decir alguna pesadez que arruinaría la cena. En ese instante recordé porque habíamos venido en primer lugar, se suponía que mamá y Arturo tenían algo muy importante que decirnos y que hasta ahora parecían haber olvidado. Interrogue a mi madre con la mirada esperando recordarle este hecho, ella me sonrió, le dijo algo a Arturo en el oído y luego hablo:

- creo que ya es tiempo de decirles porque les hemos pedido que vinieran aquí en primer lugar, es un asunto muy importante para nosotros y queremos que sean los primeros en enterarse porque son lo mas importante en nuestras vidas y su opinión vale mas que la de cualquier otro.

- Luna, estoy seguro que sabes lo mucho que amo a tu madre y que lo único que deseo es su felicidad.

- Claro, si no fuera así yo no dejaría que estuvieras con ella- Arturo me miro con convicción sabia que hablaba en serio y que también le creía

- Alex se que nos conocemos hace poco pero ten por seguro amo a Arturo y que él me hace inmensamente feliz…

Se interrumpió a mitad de su discurso, ya que la voz comenzó a quebrarse, pero al ver la inmensa decisión brillando en sus ojos no quise interrumpirla o mejor dicho no me atreví a hacerlo.

- Cariño, mi Luna, mi pequeño ángel guardián… a veces pienso que tu me cuidas más a mi que yo a ti pero eso te hace ser quien eres, esa inmensa preocupación por los demás, esa mirada de convicción en frente de aquellas cosas que quieren impedirte el paso y que tu enfrentas por muy difíciles que sean, tu mal genio, tu torpeza, tu ingenuidad enfrente de algunas cosas…todo lo que eres me hace sentir inmensamente orgullosa de ser tu madre y se que él también se siente orgulloso de la estupenda mujer en la que te estas convirtiendo.

Cuando Daniel murió, sentí una enorme desolación y vacío en el corazón, un vacío que te encargaste llenar casi por completo, poco a poco el convivir contigo y con la enorme responsabilidad de haber sido madre tan joven, tu existencia ha sido mi soporte principal todos estos años.

El caso es que a pesar de sentirme enormemente afortunada y feliz por ser tu madre, me sentía vacía como mujer hasta que el tiempo se encargo de volver a encontrarme con Arturo quien poco a poco fue llenando aquél vacío de mi corazón.

- Alex, se que sufriste mucho cuando tu madre y yo nos divorciamos, ambos cometimos muchos errores que a la larga terminaron por separarnos pero quiero que sepas que si de algo estoy seguro es que tanto Melisa como yo no nos arrepentimos de haberte dado la vida, eres mi mayor orgullo….

Lo que queremos decirles es que le he pedido a Clara que se convierta en mi esposa, claro que si ninguno de ustedes se opone.

¡Oponerme! ¿Acaso creía que me iba a oponer a su felicidad? Estaba completamente alucinada con la idea, que no me percate de que Alex no parecía compartir mi punto de vista, las palabras de su padre debieron recordarle muchas cosas dolorosas ya que su semblante había cambiado completamente, la estúpida sonrisa que tanto me molestaba se había borrado de su rostro y miraba serio a su padre.

- ¿que ocurre hijo?

- No es nada papá, estoy muy feliz por ustedes- abrazo a ambos y la sonrisa volvió a su rostro aunque algo forzada.

- Luna, espero que sepas que yo no trato de reemplazar a tu padre…

- Arturo- le dije mirándolo a los ojos- tu nunca reemplazaras a mi padre… porque ninguna persona es igual a otra, de igual manera el amor que se siente por uno es muy distinto al que se siente por otro… mi madre te ama y tu la amas a ella eso es lo único que importa.

Mis palabras, que sonaron extrañamente maduras aunque algo empalagosas, provocaron lágrimas de emoción en mi madre quien me envolvió con sus calidos brazos al igual que cuando era pequeña. Sobre los hombros de Clara, pude ver a Alex con la mirada extrañamente iluminada y con una nueva sonrisa en los labios. Esta vez fue una sonrisa mucho más natural y parecía evocar que su alma había encontrado repentinamente la iluminación.

¿Acaso mis palabras habían tenido algo que ver en ese repentino cambio?

La cena siguió estupendamente, hablamos de muchas cosas, entre ellas la fecha de la boda que seria en 2 meses más. Había tanto que hacer y que pensar que pase por alto un pequeño e ínfimo detalle.

- un momento… ¡¿Dónde van a vivir?!- se me escapó a trompicones por la boca, mientras Clara y Arturo me miraban aguantando las carcajadas.

- Cariño es “donde vamos a vivir” Bueno esa es otra de las razones por las cuales les pedimos que vinieran…

El “vamos” extrañamente remarcado de esa oración me hizo darme cuenta de que hubiera sido mejor mantener la bocota cerrada, sus palabras me dejaban solo con una opción y era precisamente es opción la que no quería oír.

- como sabes Luna desde hace mas o menos un año Alex vive con Arturo en ese pequeño departamento

¡No lo digas!

- …como nos vamos a casar y nuestra casa es demasiado grande sólo para las dos…

¡No lo digas! En verdad ¡No lo digas!

- creímos que era buena idea que…

No, por favor te lo ruego, no lo digas…

- Arturo y Alex vivieran con nosotras.

Demasiado tarde, lo dijo y una vez que lo hizo no había marcha atrás, cuando algo se le metía en la cabeza no hay quien sea capaz de persuadirla. A menos que ¡a Alex le molestara la idea tanto como a mi! Si ambos uníamos fuerzas podríamos hacer dudar a nuestros padres, pero tan pronto esta idea alivio mi alma, tan pronto se desvaneció.

- Por mi no hay ningún problema, me agrada la idea ¿acaso no piensas lo mismo Luna?

Su tono de voz irónico me hizo querer golpearlo justo en mitad de la cara, su sonrisa de complacencia me hizo querer ahorcarlo pero utilicé todas mis fuerzas para controlar mis impulsos asesinos.

Ahora comprendía la extraña sensación con la que me había levantado esa mañana, esa sensación de que algo extraño iba a pasar, pero nunca pensé que seria lo que terminaría con mi tranquila y casi normal vida. Use todas las fuerzas que me quedaban para pronunciar las palabras que me condenarían, tomé aire, mire a Alex con la mirada mas amenazadora que tenía y dije casi entre dientes.

- no….a mi tampoco me molesta la idea…