Caminantes...

Desde lo mas profundo de la mente, ellas se escapan porque tienen vida propia, las palabras que caminan son las que se alojan en el tintero de la imaginación esperando impacientes el papel de la realidad.....

viernes, 17 de abril de 2009

Leanlo!!!!!!!!! no se arrepentiran...

nota de la autora: aun no le pongo nombre n.nU

Capitulo I
La Cena
( primera parte )


Ese día me levanté con una sensación extraña, era como si algo, aunque no sabía bien qué, fuera a suceder. Mi nombre es Luna Solar Jaramillo,( y sí, lo sé es una gran ironía del destino, pero me gusta mi nombre.) Soy la típica muchacha que cursa su primer año en la universidad, me gusta mucho leer y poseo una gran imaginación que a veces se me sale de control.

Mi familia consta, además de mi, con 3 miembros: El primer integrante es Clara Jaramillo, madre amorosa que a pesar de haberse convertido en madre muy joven ( a la edad de 17 años) saco adelante una carrera en psicología. Ahora tiene una consulta propia con la que a ganado prestigio en el rubro, además de publicar artículos e investigaciones en numerosas revistas y universidades. A pesar de todo el trabajo que pareciera tener se da el tiempo para estar con su familia.

El segundo miembro de esta familia es mi perrito Max, un cocker spaniel color café con manchas blancas de 5 años. Sus pasatiempos son dormir, perseguir pájaros, extrañamente los gatos le dan lo mismo aunque con algunas esepciones como el gato del vecino, mirar a través de la reja a la gente que pasa por la calle, en fin, cosas de perros.

Y por ultimo esta mi Papá quien murió de cáncer cuando yo tenia 6 años. La verdad es que no recuerdo muchas cosas acerca de él, pero de algo estoy segura, nos amaba mucho a mamá y a mí.

Mi mamá sufrió mucho más que yo la muerte de mi padre, no es que yo no lo amara pero tenia 6 años en ese entonces y los niños pequeños sufren de forma distinta a los adultos, si bien había perdido a mi padre, había ganado un ángel guardián de por vida, además quería ser fuerte por mamá. Recuerdo que los primeros meses fueron difíciles Clara solía llorar a escondidas para que yo no pudiera verla, pero siempre fue pésima para el escondite y la encontraba muy fácilmente, yo me apoyaba en su pecho y ella me envolvía con sus brazos. Así nos quedábamos hasta dormirnos. Hoy en día mi Madre después de que le insistiera hasta el cansancio que rehiciera su vida por que de seguro mi papá quería que ella fuera feliz tanto o más que yo, conoció a un buen hombre que la hace feliz. Su nombre es Arturo Cienfuegos, un profesor de la universidad en la que estudio mi mamá. El señor Arturo es alto, delgado y bastante buen mozo, es separado y tiene un hijo más o menos de mi edad al cual no conozco, ya que siempre que salimos con el señor Arturo su hijo esta con su madre que vive en el extranjero y que viene a verlo de vez en cuando.

Como había dicho antes, ese día me levante con una sensación extraña pero lo deje de lado, era un día esplendido y se suponía que me iba a juntar con mis amigas, a las que no veía hace algún tiempo y que extrañaba bastante, en la pequeña cafetería del centro cerca de mi librería favorita. Cuando me levanté mi desayuno estaba listo y junto a él una notita que decía:

Cariño tuve que irme mas temprano, te dejo tu desayuno solo caliéntalo un poco. Recuerda la cena con Arturo, hay algo importante que queremos contarte.

Besos

Mamá

PS: recuerda la cena a las 20:30 en el restorante de siempre. Saludos a tus amigas”

Mamá siempre me dejaba este tipo de notas cuando tenia que salir rápido, al principio me molestaba un poco, ahora las encuentro bastante divertidas, ya que era su forma de decirme que se preocupaba por mí. Procedí a tomar mi desayuno: una taza de leche con chocolate, unas tostadas y un vaso de jugo de naranja. Luego del desayuno, le serví el suyo a Max, Croquetas para perro sus preferidas y después lo bañe. Cuando termine de hacer todas las cosa para esa mañana ya eran cerca de las 12 del día, si se preguntan, hasta ahora todo transcurría como un domingo cualquiera, con excepción de aquella extraña sensación con la que me había despertado esa mañana. El resto del día transcurrió tranquilo, sin contar con que Max volvió a perseguir al gato del vecino,( un gato enorme de color naranja con rayas cafes,)mientras regaba el ante jardín y que me costo un mundo atraparlo luego de que salio a la calle, tuve que perseguirlo por media cuadra mientras el ladraba y corría feliz.

Eran cerca de las 3 cuando estaba lista para irme, nos habíamos puesto de acuerdo de reunirnos a las 4: 30 y como siempre soy yo la que tiene que esperar porque llega temprano, decidí que si tenía que esperar, era mucho mejor hacerlo en un lugar como aquella librería.

Me encantaba esa pequeña librería, repleta de libros tanto antiguos como nuevos, se podía encontrar todo tipo de géneros desde las más intrincadas novelas de misterio, hasta lo más grande en libros de historia universal. Cuando me canse de regodearme entre las novedades, me dirigí a la cafetería.

Me senté en una mesa cerca de la ventana a esperar a mis amigas, recuerdo que a Elisa le gustaba decir que entrar en esa cafetería era como retroceder en el tiempo y tenia razón, era como entrar a una cafetería del Paris de los años 20, elegante y a la vez acogedora, a todas nos encantaba. En fin, aun quedaba algún tiempo antes de que mis amigas llegaran, lo cierto es que siempre me toca esperar, pero como el hombre es “un animal de costumbres,” me acostumbre a llevar siempre conmigo algo para hacer mas amena la espera, ya sea algo de música o algún libro, esta vez le tocó el turno al libro, la lectura del día era uno de mis grandes favoritos “Crepúsculo”. Me apasionan las historias fantásticas, más si hay vampiros de por medio ya que son mis criaturas góticas favoritas, aunque lo que mas me gustaba de este libro era la apasionante historia de amor entre Bella la frágil humana con muy mala suerte y Edward, el elegante, educado, inteligente y seductor vampiro.

Las campanitas de la puerta repiquetearon cuando esta se abrió, automáticamente levante la vista hacia la puerta con la esperanza de que mis amigas entraran por ella pero este no era el caso, el que entró fue un chico de unos 19 o 20 años, pero nunca le apunto con las edades así que no importa. Se sentó 2 mesas delante de la mía, no le preste más atención y volvía a hundir la cara en mi libro. Pasado un tiempo, no mas de 10 u 11paginas, llegaron mis amigas.

1 comments:

letrasnarradas dijo...

ke siga!! ke sigaaa!!!